A
finales del año 2001 fui contratado por uno de los estrategas principales del hoy ex presidente
Hipólito Mejía, mercadólogo José Cabrera (Dorín), para que dirigiera el
noticiario radiofónico Premium Informativo,
de Radio Cadena Hispanoamérica, propiedad suya, la cual era el órgano de
difusión y defensa de las ejecutorias del gobierno perredeísta, lo que me permitió tener un mayor
acercamiento con el hoy ex mandatario.
Por
mi compromiso de ejecutar la política informativa de Radio Cadena
Hispanoamericana en el Cibao, me convertí en mano derecha de Dorín, quien al
ser estratega de Hipólito Mejía puso bajo mi responsabilidad cubrir todos sus
eventos públicos y privados en la Región
Norte del país, es decir, en las 14 provincias del Cibao, desde Samaná hasta
Dajabón. Esto me llevó a compenetrarme con el gobierno y a apreciar mejor las
acciones verbales y ocurrencias del presidente.
Un
domingo hubo un encuentro con dirigentes del PRD, funcionarios y empresarios en
la residencia de Siquio NG de la Rosa, quien era el presidente del Plan de
Renovación Vehicular (RENOVE) y uno de los principales líderes perredeístas en
San Francisco de Macorís, un influyente miembro
del anillo palaciego.
A
la hora del almuerzo, todos los invitados
se organizaron en fila para servirse el buffet. Por mandato del
anfitrión, nadie podía iniciar el
almuerzo antes que el presidente, a quien abrieron paso y lo pusieron a
encabezar la fila... En un extremo del patio de la casa, próximo al presidente,
pero fuera de la fila, me mantuve observando todos sus movimientos, desde que
llegó a la mesa donde estaban servidos los alimentos: cerdo asado, pollo frito,
yuca, casabe, ensalada mixta, arroz amarrillo, moro, frutas y otros
ingredientes.
El
jerarca, la máxima autoridad del país, el ejemplo a seguir, lo primero que hizo
fue atrapar con la mano derecha un pedazo de carne de cerdo, al que le chorreaba la grasa, y lo hizo sin
utilizar ningún objeto para tales fines (tenedor o cuchara). Se engulló de un bocado aquel pedazo de carne,
repleta de manteca, al tiempo que agarró un trozo de yuca salcochada y tras
darle un mordisco y llenarse la boca,
tiró con swing el pedazo que sobró en
sus manos hacia la fila de personalidades que le quedaba a su
derecha. El pedazo de aquel tubérculo cocido le dio en la cara a uno de los
funcionarios de tercera categoría que hacían fila. El impactó fue
tan fuerte que la yuca se volvió migajas en el rostro impecable de aquel
hombre blanco, quien llevaba puesto unos lentes recetados y que con el impacto
volaron al otro lado de la fila.
Adolorido
por el yucazo que recibió y avergonzado por lo sucedido, el funcionario, cuyo nombre no investigué
para no profundizar su herida sentimental, no le quedó otra alternativa
que sacar un pañuelo blanco y limpiarse
los residuos de aquel bulbo que se esparcieron en su cara entre la ceja, el ojo,
la oreja y la barbilla hasta derramarse sobre la camisa blanca que llevaba
puesta. En esa ocasión no hubo risa y el mutismo que se produjo se lo tragó la
música instrumental que fue sonada para la ocasión, mientras el presidente
seguía devorando cerdo asado con yuca... Cuando concluyó utilizó las mangas
cortas de su camisa chacabana como servilleta.
“Con la sabiduría que sale de su boca el hombre conseguirá todo lo
bueno, cada uno recibe la recompensa de
sus obras” (Proverbio 14)
• HIPÓLITO LE AGARRA LAS NALGAS A LA HIJA DE UN EMPRESARIO
• Encontronazo con periodistas de Santiago
• Más de 150 heridos por ocurrencia de
Hipólito en la Vega
.HIPOLITO MANDA A BANAR A UNA MUJER EN PEKIN
Esta y otras
ocurrencias de Hipólito Mejía las puede leer en el libro Las Vainas de
Papa: léxico y ocurrencias de un presidente
Tels. 809 570 9745 y 829 580 0758 o 829
818 2775, en Santo Domingo
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