Por Eugenio Taveras►
Los problemas de violencia de género es posible que tengan solución, siempre y cuando el hombre acepte que la mujer salga a una fiesta y él se quede en la casa cuidando los niños, como una forma inicial de comenzar a bajar el machismo que caracteriza, principalmente, a nosotros los latinos.
También, como no, debería aceptar que su pareja se acueste con otro y que él se entere, pero para demostrar el cambio debe quedarse como si nada hubiera ocurrido, y ponerse a pensar: "YO LO HAGO TAMBIÉN, POR QUÉ ELLA NO PUEDE", a fin de cuenta tiene los mismos derechos, yo le exijo que salga a la calle a buscar parte del presupuesto, yo tengo la culpa de que ella esté tirada a la calle del medio en busca de una mejor preparación, la cual yo me he empecinado en que es para echarme a un lado, lejos de pensar que puede tener las mismas oportunidades.
Entonces, yo si puedo tener una amante, una novia y una amiga de ocasión fuera del umbral de la puerta de mi casa, por lo que es en este punto donde la unidad de Violencia de Género parte del principio de que cuando el hombre va y le reclama “que mi mujer me está pegando los cachos”, le responden que ella tiene derecho y que yo no puedo hacer nada.
Hace bastante tiempo, mucho antes de la Ley 24-97 vengo escuchando que para poder demostrar que una esposa le está siendo infiel a su marido y viceversa hay que llevar fotos donde aparezcan los cornudos en pleno acto sexual, hoy ya ni eso es prueba para las autoridades encargadas de administrar esta parte tan compleja salida del seno familiar.
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